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martes, 28 de diciembre de 2010

Grupo Literario SIGNOS en la prensa escrita - Por Harold Castillo - Semanario "Expresión" (Perú)


SIGNOS EN LA PRENSA ESCRITA


Por Harold Castillo


Desde el 18 de setiembre (día de nuestro relanzamiento oficial como grupo literario) hasta la fecha, podemos decir que el balance ha sido positivo para todos en cuanto a la difusión y repercusión de nuestras actividades. No podemos negar que el éxito, en gran medida, corresponde al minucioso cuidado y a la pasión con que desarrollamos cada una de nuestras inquietudes estéticas. Pero no podemos soslayar un eje vital, sin el cual nada de lo logrado, en conjunto, hubiera sido posible. Me estoy refiriendo a la unión, a la integración, no a la simulación de un colectivo carente de identidad. La unión sensata, la valedera, ha dado pie al compromiso, a la unificación con la matriz ideológica en que se ha constituido SIGNOS. Cada integrante se reconoce (encuéntrese donde se encuentre) como parte de este gran proyecto inaugural que pretende calar hondo en la vigencia literaria de este siglo.

De modo que han sido tres meses prodigiosos. Tres meses en los que nos hemos compenetrado al máximo con la demanda social tácita de enriquecer la coyuntura (doblegada muchas veces por la barbarie) a través de la razón, la educación y la cultura. Dos medios importantes de la prensa escrita del norte non han brindado espacios para poder manifestarnos. El jueves 14 de octubre del presente año, nuestro compañero y Coordinador General, César Boyd, publica en el diario “La Industria” (diario en el que lleva 15 publicaciones), en la página principal de Opinión el artículo titulado: “El Grupo SIGNOS y la Universidad”. Mientras que en el semanario “Expresión” (de 40 páginas), en su edición del 16 al 23 de diciembre, nuestra compañera Hazzel Yen, hace lo propio con: “Revolución cultural, espiritual y del ser a través de la literatura”, acompañando a un humilde servidor bajo el título general de: “Signos de una nueva era”.

Un agradecimiento especial a estos importantes medios escritos y también a la gente que nos acoge con tanta amistad y cariño, y que sabe valorar nuestro trabajo leyendo nuestras publicaciones. Es decir, nos sobran motivos para estar satisfechos por lo cosechado hasta el momento. Los próximos meses constituyen un gran desafío para las ambiciones del grupo. Hay mucho por trabajar todavía. Hacer buena literatura y expresarnos en todas las tribunas posibles bajo la consigna de concientizar a las personas, a través de nuestras plumas, para que sientan que un mundo mejor ―más justo y equitativo― es una prioridad incuestionable.

SIGNOS DE UNA NUEVA ERA


César Boyd, Hazzel Yen (México), Erika Madrid (Argentina), Ronal Pérez, José Abad, Ronald Calle, Mario Morquencho, Anita Ramos, Wilfredo Gonzales, Ricardo Musse, Gisella Limo, Harold Castillo, y una responsabilidad dentro de las letras latinoamericanas del siglo XXI.



EPÍGONOS DE UNA ESTÉTICA LITERARIA DE CAMBIO


Por Harold Castillo


El 18 de setiembre del año 2010 quedará grabado en el recuerdo de las personas vinculadas al quehacer literario lambayecano, pues fue en el seno de dicha colectividad donde convergimos los doce flamantes miembros del remozado grupo SIGNOS para nuestra presentación. Pese a la ausencia física de tres de nuestros integrantes (por motivos de distancia y de tiempo), se contó con su presencia espiritual, con su apoyo moral e ideológico mediante sus escritos y poemas.

El objetivo era darnos a conocer ante la sociedad como un grupo serio y de ideales maduros con respecto al presente y al futuro de las letras en cada una de las regiones y/o países a los que pertenecemos. Ahora que todo es silencio y pasividad entre los intelectuales jóvenes, cabe destacar el tenor de nuestra propuesta; ya que, en síntesis, abogamos por una renovación trascendental de los procesos literarios en nuestras naciones. Después de las Vanguardias y del Boom Latinoamericano, han existido muy pocos fenómenos destacables en el mundo de las letras; como si la literatura hubiese entrado en un periodo de senectud. En suma, el sistema consumista y frívolo de los últimos quince años se ha venido ocupando de sepultar aspectos tan trascendentales para el desarrollo del hombre, como son: los valores, la educación, las ideologías, el dominio del idioma, el interés por la lectura (literaria o científica), el valor por la vida, la cultura, etc.

Hemos perdido la brújula, y estamos navegando sin rumbo, viviendo una existencia opaca y conformista. Las nuevas tecnologías nos han hecho la vida fácil. El sistema nos ha contentado con novedades que colman nuestras expectativas, dejando de lado nuestra propia humanidad. Las políticas de Estado (sobre todo en educación y desarrollo), no se ocupan ahora de formar a los nuevos ciudadanos (los que serán padres en el futuro) para asumir con responsabilidad el manejo de lo bueno que nos proporciona la modernidad y los avances científicos y tecnológicos.

Es importante, por ello, que luchemos por preservar las condiciones básicas que necesitamos para que la vida tenga una direccionalidad consecuente. Nosotros, como grupo literario, tenemos, pues, el afán de proyectarnos incluso mucho más allá de lo meramente estético. La literatura también es un producto social, y su proceso se lleva a cabo en sociedad.

Lo que más se puede resaltar, por tanto, de nuestra noche de presentación, es el hecho de haber constituido una unidad llamada SIGNOS. Cuando la historia nos quiere contradecir y se empeña en hacernos ver como un error estadístico. Ya que en las últimas décadas, en Latinoamérica, no han surgido paradigmas dedicados a la integración literaria para la conformación de colectivos de acción. Un grupo literario no es (o al menos, no debería ser) un simple círculo juvenil de lectura. Esto último puede resultar un hecho simplemente anecdótico, de juventud. Pero más allá de la experiencia, qué nos queda. Cuando no hay ideales u objetivos en común, cuando generacionalmente no somos capaces de responder a las expectativas de nuestra propia sociedad.

Ahora SIGNOS no es sólo un grupo literario interregional (Lambayeque, Piura, Cajamarca, San Martín y Lima). Ahora SIGNOS es también un grupo literario internacional (Perú, México y Argentina), y tenemos una responsabilidad mayúscula de cara a la revolución literaria y humanista, y los dogmas que queremos masificar a lo largo de la naciente década.